Melanie me llevó hasta un lugar lleno de elfos, duendes, seres extraños y hadas, repleto de una bellísima naturaleza, un hermosísimo sendero, anclado en la espesura del bosque envuelto en luz, donde dos verjas rosas circulares llenas de tallos y rosas inundaban el lugar impregnándolo de una maravillosa fragancia.
El mágico y hechizante bellísimo sonido de una flauta nos acompañó durante el trayecto por aquella senda.
Siempre que aquella melodía mágica sonase, el mal se mantendría alejado.