Aquel gélido día de invierno, mientras Laura se halló sentada junto a su árbol preferido, mientras las hojas arrastradas por el viento volaban a su alrededor, rememoró a Ange, su amado desaparecido en un naufragio.
Jamás pudo volver a enamorarse de nadie más, y aunque pretendientes no le faltaban, ella se resignó con la vida que le tocó vivir.
Continuará…